jueves, 8 de mayo de 2014

NUESTRA SEÑORA LUJAN - 8 DE MAYO

                                        
DESDE  BRASIL   AL  RIO   LUJAN: la  historia de  la  devoción a  la  virgen María de Lujan en las comarcas del Río de la Plata se remonta como sabemos al año 1630, cuando dos imágenes traídas desde Brasil fueron cargadas en el puerto de Santa María del Buen Aire sobre una de la carretas que pacientemente hacían el recorrido entre Buenos Aires y el norte del país.
PRIMEROS CULTOS: Después de haberse divulgado el “milagro de la carreta”; como relata H. S. Palacios en la voz Lujan del Nuevo Diccionario de Mariología, de la Orden de los Siervos de María editado por San Pablo (Año 1988); los campesinos y viajantes comenzaron a venerar a la Virgen Santísima en esa imagen, cuya fama fue propagándose en los alrededores y seguramente a lo largo del camino viejo en todas las postas frecuentadas.
Los Rosendo levantaron una pequeña capilla, que pronto se convirtió en centro de peregrinaciones. Al cuidado de la imagen estaba un negro oriundo de África, llamado Manuel, quien la sirvió cerca de medio siglo.
Más de 30 años después, esta capilla, por diversas razones, fue quedando en despoblado (1663-1671).  Aquí aparece un personaje de gran interés en esta segunda etapa de la sagrada imagen. Temerosa de la indiada y del abandono del lugar, doña Ana de Matos compró al cura de la catedral de Buenos Aires don Juan de Oramas (heredero de los Rosendo y a quien correspondía la atención espiritual de dicha capilla) la milagrosa imagen y la trasladó en la actual ciudad de Luján (1671).  Con el tiempo y con la ayuda del mayordomo de la Virgen, Manuel  Casco de Mendoza  y el capellán don Pedro  de Montalbo, quien fue curado milagrosamente por Nuestra Señora, levantaron una capilla apropiada.
A todo esto, la imagen había comenzado a ser llamada LA  VIRGEN  DE  LUJÁN, del  nombre  que ya  tenía  en río,  en cuya orilla quiso ella quedarse. Este afluente del río de la Plata había sido  denominado Luján por don Pedro de Mendoza en 1536, en memoria de su sobrino el capitán Pedro  Luján, muerto por los indios en las orillas del mismo. Años después del traslado de la imagen, en 1684, Antonio  Azcona Imberto, cuarto obispo de Buenos Aires (1676-1700), creó la capellanía de Nuestra  Señora de Luján. Hasta aquí los puntos fundamentales del relato lujanense.
Evocando  el  hecho  de 1630,  el  14 de octubre  de 1979  el  obispo  de Zarate-Campana,
mons. Espósito bendijo un templete  dedicado  a la Virgen  de Luján  en  el  lugar  del  milagro (a la  altura  de  Villa  Rosa, 30 kilómetros más  abajo  de  Luján).  Ultimament  se  ha  erigido  un  hermoso  oratorio, en el  cual  se  celebra  misa.
No  debemos olvidar  el  poder  intercesor  que  tiene  la  Virgen  ante  su  Hijo; muchas  veces  minimizamos  la figura  de  María, “que desde Luján nos dice, Argentina  canta  y  camina…” Ella, si nos hablara  diría  una  y  mil veces: “hagan  lo  que  El  les  diga”.

No  debemos  confundirla  con una santa  más. Es la gran mediadora  universal  ante  su  Hijo. Ella es co-redentora,  co-salvadora  de  la  humanidad  con  Jesucristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario