Las fiestas litúrgicas de nuestra
Iglesia están puestas correlativamente de forma pedagógica. Nos enseñan cada
una de ellas a comprender mejor el misterio de Dios en nuestras vidas.
NAVIDAD, PASCUA, PENTECOSTES son
tres celebraciones de un mismo misterio que luego se desdoblan.
Navidad nacimiento del Hijo amado
del Padre, que lo envió para salvarnos, con su pasión, muerte y
resurrección=Pascua.
ASCENCION AL CIELO, después de
haber cumplido su misión Jesús vuelve al Padre para prepararnos un lugar.
PENTECOSTES es la síntesis de
varios acontecimientos salvíficos donde se manifiesta el poder de Dios.
ESPIRITU=Ruah – viento – aliento
de vida, se lo simboliza también con una paloma blanca. En el génesis al
principio de la creación, cuando nada existía Gn 1,1ss aleteaba sobre las
aguas, claramente se interpreta la paloma como signo de paz, que regresa de
tierra firme al Arca de Noé con una rama verde en su pico, vislumbrándose así
la tierra prometida.
En el Jordán, cuando Juan
Bautista bautiza a Jesús, del cielo desciende el Espíritu Santo en forma de
paloma Lc 3, 21-22 y se escucha la voz de Dios Padre que dice “ Este es mi Hijo
amado escúchenlo”.
En el cenáculo, estando las
puertas cerradas apareció Jesús y sopló sobre María y los apóstoles y les dijo:
“Reciban el Espíritu Santo” , se manifestó con lenguas de fuego sobre sus
cabezas.
Este domino la liturgia se centra
en la Santísima Trinidad, la unión indivisibles de las tres personas divinas
que forman un solo Dios verdadero. Vida nueva de Dios que comienza en nosotros
por el Bautismo.
El domingo próximo celebraremos
Corpus Cristi= Cuerpo y Sangre de Jesús, es un aspecto más para cumplir su
promesa de estar con nosotros hasta el fin del mundo. Les recuerdo que el 19 de
junio celebramos Santa Juliana testigo preclaro de contemplación y compromiso
de Jesús Eucaristía.
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