lunes, 8 de octubre de 2012

Jesús y María en la Eucaristía y en la Iglesia

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                                JESUS  EN  LA  EUCARISTIA

En la primavera del 2012 pasé por  Malabrigo  mi amado pueblo en la provincia de Santa Fe donde todo me habla de Dios, los citrus, las flores, su gente sencilla, los vecinos, mi familia, papá y mamá que nos cuidan y guían desde el cielo pero con sus antenas parabólicas, clavadas en el cementerio, lugar que visito apenas bajo de la ruta 11.
En el templo parroquial tenemos adoración permanente, del Santísimo Sacramento de Jesús Eucaristía, lugar que visito también al llegar o al salir del  pueblo.  Esta emoción es la que me lleva a  compartir con ustedes  mi  fe y mis  conocimientos de la presencia de Jesús en la Eucaristía.
                                                     CULTO A LA PRESENCIA DE JESÚS EN LA EUCARISTÍA
                        CULTO A LA PRESENCIA DE JESUS EN LA EUCARISTIA

Tenemos un mandato directo de Jesús que nos dice: “Hagan esto en memoria mía” (1cor.11,24-25 – Lc.22,19) esto ha originado un  desarrollo litúrgico-cultual en el transcurso de los siglos.
En especial fue variando con el tiempo el culto a la presencia real de Jesús en la Eucaristía.
En los primeros siglos la Eucaristía era adorada públicamente sólo durante la misa y de la comunión.
Recién en la Edad Media se acentúa la adoración. En el siglo XII (1200-1300) se introduce en la misa la elevación de la hostia consagrada. Es una invitación a reconocer y adorar la presencia real de Jesús.
Cien años después, siglo XIII se desarrolla la adoración fuera de la misa y se acentúan las procesiones populares con el Santísimo.
En el año 1264 el Papa Urbano IV instituye a nivel universal la fiesta de Corpus Christi con el objetivo de: ADORAR – VENERAR – GLORIFICAR – AMAR y ABRAZAR este sacramento tan  exélso.
Cien años después, en el siglo XIV se inicia la práctica de la adoración de la Hostia consagrada en el hostensorio o custodia, y de ahí las bendiciones con el Santísimo  se multiplican.
En el siglo XVIII (1700), San Alfonso María de  Ligorio  difunde las visitas privadas al Santísimo para la adoración.
Todos estos cambios se fueron dando con un cuidado doctrinal, como siempre lo hace la Iglesia.

El mismo oficio del día de Corpus fue preparado por Santo Tomás de Aquino, esto indica que la fe en el Santísimo Cuerpo de Cristo está muy en armonía con la teología.
Transcribo poema de Santo Tomás sobre la Eucaristía:
                                                          PANGE  LINGUA ( Cante la lengua)
Que la lengua humana cante este misterio
La preciosa  sangre y el precioso cuerpo.
Quien nació de Virgen: Rey del universo,
Por salvar al mundo dio su sangre en precio.
                   Se  entregó a nosotros, se nos dio naciendo
                   de una casta Virgen y, acabado el tiempo,
                   tras haber sembrado la palabra al pueblo,
                   coronó su obra con prodigio excelso.
 Fue en la última cena –ágape fraterno-
Tras comer la pascua según mandamiento
Con sus propias manos repartió su cuerpo
Lo entregó a los Doce para su alimento.
                      La palabra es carne y hace carne y cuerpo
                      Con palabras suya lo que pan nuestro.
                      Hace sangre el vino, y aunque no entendemos,
                      Basta fe si existe corazón sincero.
Adorad postrados este sacramento.
Cesa el viejo rito. Se establece el nuevo.
Dudan los sentidos y el entendimiento:
Que la fe lo supla con su asentimiento.
                      Himnos de alabanza, bendición y obsequio;
                      Por igual la gloria y el poder y el reino
                      Por igual la gloria y el poder y el reino
                      Al eterno Padre con el Hijo  eterno
                      Y el divino Espíritu que procede de ellos.
                                                                                                 Amén.
En el año 1545 el Concilio de Trento enuncia el principio fundamental del culto de adoración debida a la Eucaristía. . .”No hay ningún motivo para dudar de que los fieles cristianos, según la tradición de la Iglesia católica deben adorar a Cristo el Señor, como él lo ha instituido, como alimento en la Eucaristía. (Mt.26,26)
Nosotros creemos que en él está presente el mismo Dios, de quien el Padre eterno ha dicho, al introducirlo en el mundo: que lo adoren todos los ángeles de Dios (Heb.1,6 – Sal.96,7) al que los pastores y magos postrándose lo adoraron (Mt,2,11) o él, de quien, finalmente, la Escritura atestigua que fue adorado en Galilea por sus Apóstoles” (Mt.28,17)
María es una presencia significativa en la comunidad que celebra la Eucaristía.
FUNDAMENTOS BIBLICOS
María en la última cena: a) por que según s. Juan 19,27 ella estaba en Jerusalén esos días.
                                             b)y según la tradición judía era la madre quien encendía la vela del ritual        
de la pascua.                                                
María participa de la fracción del pan de la primera comunidad cristiana Hc.2.42
Belén: significa “casa del pan”, es allí donde María muestra a Jesús como en el pesebre.
En las bodas de Caná ella sintió compasión con Jesús, de la joven pareja. También en la multiplicación de los panes. “Hagan lo que él les diga”  “Hagan esto en memoria mía”   

MARIA EN LA COMUNIDAD QUE CELEBRA LA EUCARISTIA      
Esto fue lo que siempre centró la atención de los teólogos, antes y después del Vaticano II: “María- Iglesia”, “María-Eucaristía”, “Iglesia-Eucaristía”
MARIA-IGLESIA: El pueblo creyente reconoce en la Iglesia a la familia que tiene por madre a la madre de Dios, es decir, María es considerada madre de la Iglesia como la proclamó Pablo VI en 1964.
MARÍA- EUCARISTÍA: En el diálogo con el ángel y con su “Sí” se convierte en Madre del Hijo de Dios, encarnado, se convierte en Madre de la Iglesia en cuanto Madre de Cristo, cabeza del cuerpo Místico. Es Jesús mismo que se hace Eucaristía.
IGLESIA- EUCARIOSTÍA: María y la Iglesia están indisolublemente unidas en la vocación de maternidad, ambas concurren a engendrar  el cuerpo místico de Cristo. Es en la Iglesia donde se genera Jesús Eucaristía por la participación irremplazable de los sacerdotes.
Podemos decir  también que es la Eucaristía la que hace la Iglesia.
La Eucaristía es fuente y cumbre de toda la vida cristiana (Lumen Gentium 11-LG) porque es el sacramento que continuamente hace vivir y recrea a la Iglesia ( LG 26)
En la Iglesia, sacramento de Cristo, la celebración eucarística es la plenitud de la presencia de Cristo en la humanidad. Pablo VI sintetiza magistralmente en Marialis Cultus: “En la virgen María ( y podemos añadir también: en la Iglesia que celebra la Eucaristía) todo es referido a Cristo y todo depende de Él. (MC. 25)
ORACIÓN:
SEÑOR, QUE EN ESTE ADMIRABLE SACRAMENTO NOS DEJASTE EL MEMORIAL DE TU PASIÓN, CONCEDENOS VENERAR DE TAL MODO LOS SAGRADOS MISTERIOS DE TU CUERPO Y TU SANGRE, QUE PODAMOS EXPIREMENTAR SIEMPRE EN NOSOTROS LOS FRUTOS DE TU REDENCIÓN.
TU QUE ERES DIOS Y VIVES Y REINAS CON EL PADRE EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN

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