domingo, 16 de junio de 2013

COMO ENFRENTAR LA RELIDAD DE LA MUERTE



               

Cada día nos sorprende la muerte de un familiar, de un amigo, de personas conocidas, adulto, joven o niño. La mayoría  últimamente, con diagnóstico de cáncer.
Como cristianos, hombres y mujeres de fe debemos reflexionar para asumir y enfrentar esta dura realidad.
Frente a lo negativo de esta situación podemos sacar la parte positiva. Estamos en el mundo para aprender y crecer. Todo lo que nos sucede contribuye a nuestro aprendizaje y nada nos  ayuda más que la muerte.
La misma vida es un ambiente ideal para el aprendizaje y el crecimiento.
Debemos distinguir en la escala de la evolución, los seres que están abajo no se reproducen sexualmente (p. ej. Los insectos), crecen y se reproducen una y otra vez naturalmente, según las estaciones, no mueren nunca, se renuevan constantemente.
Sólo en lo más alto de la escala de los seres vivos encontramos la reproducción sexual y con ella el fenómeno del envejecimiento, sufrimiento y muerte. Amor, gozo, placer; todo tiene su precio.
ETAPAS DE CRECIMIENTO Y MUERTE: generalmente en la persona se dan 5 momentos frente a una enfermedad   o  una situación límite: negación, enojo, regateo, depresión y aceptación.
1.       Negación: la persona cuando le descubren una enfermedad tiende a negar, no puede creer que esto le esté pasando a él. Por qué será?
2.       Enojo: con la familia, médicos, enfermeras, con el  hospital, con Dios. Y como ven que no logran nada inician el regateo.
3.       Regateo: son comunes estas preguntas. Y si vuelvo a la iglesia? Y si rezo? Y si me calmo y armonizo? Y si acepto mi familia y recupero el tiempo perdido y soy más afectuoso y cariñoso? Y cuando toman conciencia de la gravedad del caso se deprimen.
4.       Depresión: esta actitud hay que acompañar. El médico, el sacerdote, la familia, los amigos.
El trabajo de la depresión debe conducir a la aceptación.
5.       Aceptación: es una etapa de gran calma y tranquilidad espiritual, incluso de luz. La animación debe ir en la línea de que podrá curarse, mejorar, estar mejor también es creer en la resurrección, saber enfrentar y asumir la muerte. Es cuando se logra la pregunta: para qué será que me sucede esta realidad dolorosa? Esta es la pregunta inteligente y esperanzadora.

La mayoría de las personas no terminan en la etapa de la  aceptación, el trabajo penoso y difícil de la depresión suele retornarlos a la negación, enojo o regateo.
Lo fascinante es que atravesamos estas mismas etapas cada vez que damos cualquier paso significativo en nuestro crecimiento psicológico o espiritual.

ESPIRITUALIDAD  DEL   DOLOR

Desde el inicio del mundo, sabemos que la armonía, la felicidad estaba en el jardín del Edén, al ser expulsados por el pecado no podemos volver más; como tampoco podemos retornar al seno materno, ni a la infancia, solo debemos avanzar, crecer.
Esta experiencia  muchas veces nos hace  transitar  por el pasadizo del dolor.
 Un camino similar al desierto, pero en la vida. Reseca, árida, calor, frio, penoso. En esta experiencia de desierto uno busca un lugar seguro, a veces tendemos a escondernos en la arena antes que sufrir avanzando.
    El sufrimiento y el dolor siempre nos dejan una enseñanza que nos permite evolucionar, madurar espiritualmente. No hay que ser masoquistas, pero cuando aparecen las dificultades debemos enfrentarlas, porque las situaciones que lastiman instruyen y hacen crecer y madurar.
    La vejez  no es un trastorno biológico, ni un problema que se transforma en una manifestación de la negación a crecer, esto se puede prevenir adoptando un modo de pensar positivo y tener constantemente el deseo y la voluntad de seguir aprendiendo para continuar un crecimiento psico- espiritual.
    No todos los sufrimientos sin iguales. Debemos distinguir dos:

a)      Sufrimiento o dolor EXISTENCIAL  que es constructivo.
b)      Sufrimiento o dolor SOMÁTICO  que no es constructivo (P.Ej. jaqueca  o  un dolor
Muscular) que con una aspirina o una fricción  se calma.
El dolor existencial debe ser tolerado y elaborado  partiendo de la voluntad.
Un modo de tratar con el dolor o sufrimiento emocional de la vida es:
a)      Hay que preguntarse si esto que estoy sintiendo o experimentando como dolor, está mejorando o limitando mi existencia.
b)      Si esta ansiedad o situación dolorosa puedo solucionarla o sobreponerme con mi propio accionar o participación, debo hacerlo. Aquí aparece la voluntad.
c)       Si no depende de mí, debo calmarme y saber esperar activamente, actuar como si fuera a lograr salir de ese pozo. Cuesta, pero es aquí donde interviene el  coraje.
Coraje: no  es ausencia de temor, es la capacidad de ir hacia adelante a pesar del miedo o a pesar del  dolor; hacer frente.  Cuando usted realice eso, descubrirá que superar ese temor no sólo lo fortalecerá sino que constituirá un gran avance hacia la madurez.
A las dificultades  o  las enfrentámos  y  las superamos  o nos aplastan   y  vecen.
Tenemos   una  buena  noticia: la forma más rápida de cambiar  de  actitud  frente  al  dolor  es aceptar  el  hecho  de  que  todo  lo  que  nos  sucede fue  concebido  para  nuestro  crecimiento  espiritual.
Tengo  necesidad  de  comprender,  de  tomar  conciencia  que  todo  lo que  me pasa  fue  ideado  para enseñarnos  el camino  del  viaje  al  crecimiento  de la vida.

1 comentario:

  1. Gracias Padre!!!!!, sus palabras me han ayudado mucho a comprender mejor, que es una forma de crecer.

    Victor

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