lunes, 30 de julio de 2012

GAUCHITO ANTONIO GIL



Retomando la reflexión sobre la religiosidad popular y teniendo como base fundamental el Documento de Puebla de los obispos de América Latina, donde invitan a

1) Estar con ellos con afectuoso cariño

2) Escuchar sus experiencias religiosas para acompañarlos y

3) Completar lo que les falta, o sea realizar con ellos una evangelización completa y vivencial.

VIDA Y MUERTE DEL MILAGROSO  “GAUCHO ANTONIO GIL”

        Hay cuantiosos relatos acerca de la vida y muerte del Gaucho Antonio Gil debido a que la tradición del lugar abunda en leyendas y es profunda en cuanto a la creatividad por parte de los poetas.
      Antonio Gil era uno de los tantos campesinos que poblaban el Pay-Ubre, su nombre verdadero fue Mamerto Giles Nuñez.
     Transcurría el año 1876 y en Corrientes las luchas civiles entre liberales y autonomistas  se ponían mucho más tensas, fue entonces que el jefe Departamental de Mercedes Cnel. Juan Zalazar (liberal excombatiente de la guerra con el Paraguay) decidió convocar a los campesinos del lugar para luchar  contra los autonomistas, entre ellos se encontraba Antonio Gil. Las tropas partieron  al lugar del enfrentamiento, pero en momentos en que las mismas acampaban, Gil decidió  desertar porque en la noche anterior había tenido un sueño donde se le apareció un ángel del Señor que le decía: “ No derrames la sangre de tus semejantes”. Al día siguiente cuando las tropas se encontraban próximas al Batel, el coronel Zalazar fue informado que el conflicto se había solucionado, luego estos regresaron pero la fuga de Gil ya fue comunicada al coronel.
   Zalazar ordenó su captura ya que su acción de desertar era un antecedente negativo para el comportamiento de las tropas, por tal motivo debía ser castigado.
     La comisión destinada para la captura tenía conocimiento de que el gaucho frecuentaba la vivienda de una guaina ( muchacha joven) la cual se encontraba ubicada en la bifurcación  de las rutas que actualmente une las comunidades de P. de los Libres con la de C. Cuatiá ( Rutas 123 y 119). Hecha la búsqueda comprobaron que allí se encontraba el prófugo.
     Luego de su captura fue enviado a Goya para ser sentenciado, pero generalmente los desertores no llegaban  a destino sino que eran ejecutados  en el camino.
     Cuando el coronel Zalazar (persona que estimaba a Gil) se enteró de lo ocurrido le pidió al Coronel Zalazar que lo perdonaran, pero el perdón llegó tarde porque a 8 km de Mercedes Antonio Gil fue colgado de un quebracho  de sus pies y degollado con su propio cuchillo el 8 de enero de 1878.
     Antes de su ejecución  le dijo al sargento: “ Tú hijo se está muriendo, pero como es inocente, voy a pedirle al Señor Bendito que lo resucite esta misma noche, aunque sé que vos me vas a matar estando en camino mi perdón”.
     Al llegar el sargento a su casa se cumplió lo que le había dicho el gaucho Gil antes de su muerte, su hijo resucitó. Fue entonces que el sargento con tronco de ñandubay hizo una cruz y junto a otros vecinos la llevó al hombro hasta el lugar de la ejecución.
     A partir de ese hecho los lugareños se volcaron a venerarlo y a creer en sus milagros llevándole velas y banderas de color rojo por la inocente sangre derramada (mártir).
     Un estanciero vecino del lugar de donde se encontraba la cruz de Gil, por temor a que se quemara su campo pidió a la policía que traslade la cruz al cementerio; esto se llevó a cabo pero a partir de ese momento comenzaron sus penurias, moría su ganado y decaía su salud. Un día antes del amanecer se despertó exaltado, salió al patio y allí se encontró con la imagen de Antonio Gil, éste le pidió que traiga nuevamente su cruz al lugar donde se encontraba anteriormente. Al otro día el estanciero la trajo y mandó construir una pequeña capilla para proteger las velas del viento.
     Con lo ocurrido fue creciendo cada vez más la devoción de los lugareños.
    Cada año al aproximarse la fecha cabe destacar el entusiasmo popular que se manifiesta con diversos preparativos; el día 8 de enero “Mercede está de fiesta”. En horas muy tempranas parte desde la ciudad una caravana donde los jinetes lucen sus originales atuendos y exhiben sus mejores montados con aperos de plata, lonja, etc., se suman a la misma automóviles, ciclistas o inclusive miles de personas que van caminando. Todos ellos portando banderas con frases de agradecimiento. También llegan al santuario creyentes desde distintos puntos de nuestro país (Argentina) y de países limítrofes expresando su agradecimiento rezando, cantando y bailando.
   Antonio Gil, personaje tan popular venerado por un sinnúmero de personas que depositan en él su fe sin que la iglesia lo haya canonizado hasta el momento.
   El culto a Antonio Gil evidencia como pocos la idiosincrasia del correntino, que conjuga el sincretismo religioso con el espíritu festivo de una raza, la guaraní.

     Lo que la gente sencilla interpreta en lo profundo de su experiencia vital (como dice Jesús: “al Padre le pareció bien revelar estas cosas a gente sencilla”) es, por un lado, la entrega que tuvo este hombre al no querer continuar cometiendo injusticia matando a otros hermanos en la guerra (toda guerra es injusta). Los pobres no quieren que le cometan injusticias de cualquier índole.
     Segundo, en sus necesidades vitales, especialmente en situaciones de enfermedad confían en el como seguro intercesor, basados en la respuesta que el mismo gauchito da al sargento que lo trasladaba para ejecutarlo por desertor: “quédate tranquilo chamigo que yo voy a interceder ante el Señor Bendito por la salud de tu hijo” milagro que sucedió después de su muerte.
     Los evangelizadores o agentes de pastoral tenemos en el pueblo mismo la materia prima y la riqueza de los valores del Reino de Dios escondido que debemos completar con nuestro testimonio de afecto cordial, compartiendo la vida con ellos y llevando a plenitud las palabras de Jesús: “vayan y anuncien, a los que crean bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. De ese modo estaremos realizando el hermoso proyecto de los obispos en Aparecida –Brasil- de ser discípulos y misioneros en un mundo donde por ningún lado se habla de Dios y sus valores, y mas aun donde nuestra amada Iglesia y sus pastores esta cada vez mas ausente. Es bueno que recordemos ese viejo refrán que siempre se cumple: “la silla desocupada la ocupa el diablo”.

                          APORTE DEL OBISPADO DE GOYA-CORRIENTES-
AYUDAS PARA ENTENDER EL FENOMENO RELIGIOSO DEL GAUCHO ANTONIO GIL

1.                  Cómo empezó este culto al Gauchito Gil:
Recordemos que empezó como la veneración de la cruz de un difunto conocido por la gente del lugar. Y eso en Corrientes y en todo el norte de nuestro país es una vieja costumbre que nos viene de las antiguas Misiones franciscanas y jesuíticas.
Debiéramos conocer algo del culto a los muertos en la religión guaraní y algo de lo que trajo la piedad popular que heredamos de España, también lo que se enseñó en las Misiones, y lo que fue tradición en nuestros campos y lo que hemos recibido de nuestros abuelos. Por ejemplo, era obligación plantar una cruz donde alguien caía muerto, para señalar el lugar con la señal de los cristianos. Para nuestros antepasados guaraníes era común dejar sobre la tumba los alimentos y bebidas preferidos del difunto. Después, los misioneros catequizaron a los fieles sobre el sentido de esas antiguas ofrendas y enseñaron que se podía consumirlas o llevarlas, siempre que se rezara por el alma del difunto. Esto sigue vigente en muchos lugares hasta hoy día.

2.                  Lo que cree la gente que se vale de Antonio Gil:
Cree lo que se nos enseñó: que la gente que es matada violenta e injustamente, pronto alcanza a Dios, porque de algún modo se parece y se une a Jesús el Hijo de Dios que fue matado injustamente en la cruz. Y esa persona, una vez que está con Dios, puede interceder por nosotros. Lo que sabemos por tradición oral es que Antonio Gil no quiso pelear con sus hermanos y que fue degollado injustamente, de allí deducimos que está con Dios y que por lo tanto podemos valernos de él cuando necesitamos.

3.                  Modo de rezar de la gente:
En general, se sigue la tradición campesina de visitar la tumba en cada Aniversario o para el Día de los Difuntos, llevando una “ofrenda”. Luego, allí mismo, frente a la imagen del santo, rezamos lo que sabemos o se consigue algún rezador o maestros de rezos que dirija la oración. No puede faltar la música, y el baile es un verdadero esto religioso dirigido a Dios en honor de nuestro hermano difunto. Finalmente, si es posible, también allí, compartimos la comida. La gente hace lo que sabe y lo que puede. Junto con las muchas oraciones que el pueblo se inventa y usa, ahora también contamos con la Oración que nos mandó nuestro Obispo Ricardo Oscar Faifer que transcribo más adelante.

ORACIÓN DE LA CRUZ GIL
Padre todopoderoso,
mediante tu hijo Jesús
 que nació pobre en Belén
y fue matado en la Cruz,
me valgo de Antonio Gil
que injustamente murió
y  te pido que me alcance
de tu gracia este favor… ( se pide en voz baja la gracia deseada)

Igual que nuestros mayores
Agradecido seré:
voy a cumplir mi promesa
y al prójimo ayudaré
que nuestros fieles difuntos,
por tu infinito perdón,
descansen en paz
y  rueguen por nosotros,
Padre Dios. Amén. Amén
                      Con aprobación eclesiástica
                                                            Ricardo Oscar Faifer (Obispo de Goya)

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