CONSAGRACIÓN
En este tiempo en que se vive un
creciente secularismo, donde nada habla de Dios, con una sensación de alergia a
lo sagrado, la vida consagrada es algo incomprensible, irrelevante, superado,
improductivo.
Para comprender y valorar esta
realidad es necesario tener en cuenta algunos textos bíblicos:
-
Desde el principio en el Antiguo Testamento nos
da los elementos esenciales de lo que es consagración: Ex.19,5-6 “Si escuchan mi voz y guardan mi alianza
serán para mí la propiedad entre todos los pueblos, serán un reino de
sacerdotes y una nación santa”.
-
Lev. 19,2 “Sean santos, porque yo, el Señor su
Dios soy santo”.
-
Ex. 19,8; 24,3 :”El pueblo responde a la
iniciativa divina con su compromiso pronunciado a coro: haremos todo cuanto
Dios ha dicho”
-
En el Nuevo Testamento la exigencia de un código
de santidad es necesario para todos los bautizados: 1 Pe.1,15-16 “A imagen del
Señor que los llamó, háganse santos también ustedes por su conducta, porque
está escrito: serán santos, porque yo soy santo.
-
Joaquín y Ana en el evangelio apócrifo de
Santiago, ya ancianos, piden a Dios una descendencia y prometen consagrara Dios
su niña o varón. Cuando nace María, cumplen la promesa de llevarla al templo.
-
Lc. 1,28 María, la consagrada por excelencia,
ella es objeto permanente del favor divino: “Has hallado gracias. . .” “El poder del altísimo te cubrirá con su
sombra”. . . y la respuesta y comprometida de María es: “Hágase en mi según tu
palabra”. . .y a nosotros nos dice: “Hagan todo lo que El les diga”. . .
Como éstos hay
un arsenal de textos en la Sagrada Escritura que refieren al ser “consagrado”
LA
CONSAGRACIÓN A TRAVÉS DE LA HISTORIA
Consagración
en lenguaje religioso espiritual, no es lo mismo que para el lenguaje
laical-civil, como ser los consagrados del éxito, de la cumbia, del humor.
Consagrar, consagración es: separar bendecir alguna cosa o una persona para
darle un sentido sagrado, separar una persona de su familia o pueblo para ser
enviado nuevamente con una misión específica de
guiar, enseñar-evangelizar, santificar. En el caso de una persona es una
elección, entrega, ofrecimiento, aceptación
personal, voluntaria para ponerse
al servicio de un ser superior, divino,
o a la Virgen. Puede ser también consagración
comunitaria, parroquial, nacional, mundial.
El primer
ofrecimiento de sí mismo en términos de consagración está en San Juan Damasceno
quien murió allá por el año 749, decía: “También hoy nosotros nos presentamos a
Ti, oh soberana, madre de Dios Virgen, nosotros aplicamos nuestras almas a ti,
esperanza nuestra, como a un ancla totalmente firme e inquebrantable,
consagrándote nuestra alma, nuestra mente, nuestro cuerpo, todo nuestro ser”.
En la Edad
Media aparece la “traditio-commendatio” con el feudalismo: el vasallaje
–servidumbre voluntaria; cuando a un
hombre no le iba bien en sus asuntos de trabajos o negocios, se presentaba a un
señor feudal, con una soga al cuello y se entregaba a su servicio, para recibir
de él protección: alimento, ropa y seguridad. Esta práctica social-civil se
trasladó a lo religioso-espiritual, es lo que hizo con la Virgen nuestra
Señora, San Odilón abad de Cluny en el año 1049. La oración consagratoria
decía: “Recurro a tu mansedumbre y singular piedad, gloriosa Señora, y pongo en
tus manos santísima mi alma y mi cuerpo.
. .sabes que me he entregado a ti con toda mi devoción he aceptado las señales
de tu servicio, dispuesto a morir antes de contradecir tu voluntad”.
Nuestros Siete
Santos Padres Fundadores de la Orden de los Siervos de María dicen en la
Leyenda que narran los Orígenes de la Orden allá por el año 1230 “Los hermanos
de la Orden particularmente consagrada a Nuestra Señora, y con razón
distinguida por ella misma con su nombre, están singularmente a ella dedicados.
. .” Se nota aquí como se entregan libremente a María a cambio de recibir su
protección.
En las
Constituciones que rigen la vida de nuestra Orden en la actualidad cuando habla
de la Profesión Solemne dice: “que es un acto público que consagra al fraile
para toda la vida al servicio de Dios y de su pueblo en el perfecto seguimiento
de Cristo y en la total dedicación a nuestra Señora, y lo conduce, mediante la
observancia de los consejos evangélicos (voto de pobreza, castidad y
obediencia) a la plenitud de la caridad.
Con la profesión solemne el
fraile es acogido definitivamente en la
Orden de los Siervos de María, de la que asume enteramente la vida y las
responsabilidades”.
El Beato Papa
Juan Pablo II en su momento se consagró a María con su lema: “ Totus tuus”
Todo tuyo. En
sus escritos explica el significado de la total pertenencia y disponibilidad a
María: consagrar, ofrecer, encomendar, servir, entregar, poner en sus manos,
comprometerse
( no es
renuncia sino movilización)
CONSAGRACIONES NACIONALES
Y DEL MUNDO
Naciones
enteras reconocen a María como Reina y Protectora: Francia en 1638; Portugal
1644; Austria 1647: Polonia 1656; Pío XII el 31 de octubre consagró el mundo al
Corazón inmaculado de María: “En esta hora trágica de la historia humana, os
confiamos a Vos, a vuestro Corazón inmaculado, os entregamos y consagramos no
sólo la Santa Iglesia. ., sino todo el mundo, desgarrado por feroces
discordias. . .” Lo renueva Pablo VI el 21-11-64; hace lo mismo Juan Pablo II
el 7 de junio y 8 de diciembre de 1981; el 13 de mayo de 1982 y el 25 de marzo
1984.
No hará falta
realizar ahora una consagración de este
estilo en nuestra amada Iglesia, en
nuestro hermoso país Argentina y en
nuestros maravilloso mundo ?
CONCLUSIÓN
Que es consagración:
es hacer sagrada una persona o cosa. (separar
para enviar)
-
Sólo Dios tiene derecho a nuestra pertenencia
total y María en cuento su estrecha relación con el Hijo de Dios.
-
Es un acto de amor personal (entrega – donación)
-
Consagración va inmediatamente de corazón a
corazón, es el fluir libre del amor mismo de persona a persona. Dios es
persona.
-
El hombre o mujer, persona espiritual, no es
sólo una cadena externa de actos unidos en el tiempo, entre los que el tiempo
tenga que borrar el acto, puesto que el pasado se conserva en la experiencia
adquirida.
-
Y no sólo esto, sino que el hombre y la mujer
libre “puede anticipar su futuro”, creando hechos definitivos, en cuanto que
“la libertad significa la capacidad de poder expresarse y elegir libremente una
vez y por completo”. Esto es válido para el matrimonio y para la vida religiosa.
-
La consagración es el intento serio, meditado y
concreto de realizar el momento de la eternidad en el tiempo como acto de amor.
(es lo que hicieron todos los consagrados que mencionaba más arriba)
-
La consagración de modo simbólico se realiza en
la Iglesia:
. porque está en relación con Dios.
.es una oración
– contexto espiritual.
.está en relación
con la liturgia y con el pueblo.
Un teólogo dice: “Llegará la hora sublime
de nuestra vida alguna vez (solo Dios sabe) inesperadamente y de forma escondida
a nosotros mismos, tendremos de pronto en nuestras manos el fruto de toda
nuestra vida; lo que después siga aconteciendo en nuestra vida es solamente el
compás final de una sinfónica que encanta precisamente porque es como el
escrutinio final de una votación, cuyo resultado está ya seguro, como el madurar
de un fruto verde, separado del árbol”.
“Cualquier acción actual del
hombre está impregnado de todo su pasado, de todo su conocimiento fatigosamente
alcanzado y sufrido, de la profundidad de su experiencia de vida, del esfuerzo
de su existencia, del gozo y dolor de toda su vida pasada, y confieren a este
acto momentáneo su orientación completa, su hondura y su resonancia.”
Del nuevo diccionario de
mariología de nuestra Orden podemos aprender que: “Los consagrados de hoy se
ejercitarán sobre todo en sintonizar con María a lo largo de la jornada, en
los momentos de alegría y de dolor, de
tensión y de relajamiento, de encuentro y de soledad. Procurarán especialmente
llevar cabo este programa en línea con su bautismo: COMO María ofrecerán a Dios
su propia vida, aceptando su voluntad en cada uno de los acontecimientos; CON
María irán hacia sus hermanos para
anunciar la salvación, ayudarles en sus necesidades, leer los signos de Dios en
la historia y llevarles a Jesús; AYUDADOS por María rechazando el mal y el pecado y edificarán el reino de
Dios impregnando del espíritu de las bienaventuranzas evangélicas las diversas
expresiones de la sociedad.
El ideal del consagrado es llegar
a una identificación con María, de forma que pueda hacerse capaz de una íntima
comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, así como de un amor cordial
y creativo al prójimo. Es la etapa que han alcanzado todos los que pudieron
experimentar la presencia especial de María en su vida.”
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