Nuestra Señora de Luján
Al poner Nuestra Señora siento una sensación de volver a las
raíces, porque así les gustaba llamarla a nuestros Siete Santos Fundadores.
Actitud, que se mantiene en toda la historia de nuestra hermosa familia de la
Orden de los Siervos de María.
Desde los orígenes la devoción a la virgen María bajo la
advocación de Luján se remonta al año
1630 en las comarcas del Río de La
Plata. Al llegar al puerto de Buenos Aires, una carreta parte hacia el norte
llevando dos cajones que luego resultaron ser la Inmaculada Concepción de Luján
y Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa.
La imagen que queda en Luján es pequeña, de terracota de 38
cm de altura. Tiene sus manos juntas ante el pecho. Está sobre nubes, rodeada
de ángeles.
La Sagrada imagen impactó a los que conducían la carreta
como a los que habitaban en la estancia de don Diego Rosendo, que como hombres
de fe no tardaron en descubrir en ese acontecimiento el paso de Dios por el Río
Luján.
El personaje central,
que luego podemos interpretar sin temor a equivocarnos, es el negro Manuel
esclavo de don Rosendo. Desde el primer momento se puso al servicio de la virgen ejerciendo su tarea de sacristán.
Cuando doña Ana de Matos con la ayuda del mayordomo de la virgen, Manuel Casco
de Mendoza y el capellán don Pedro de Montalbo, que fue curado milagrosamente
por Nuestra Señora, levantaron una capilla apropiada donde actualmente se
encuentra la Basílica. El negro Manuel continúo su tarea en ese lugar. Don Rosendo al solicitar los servicios
del esclavo negro éste le contesta “Soy de la Virgen nomás”.
Con este gesto aparece el mensaje de la Virgen: “VIVAN
LIBRES Y COMO HERMANOS”
El Papa León XIII hizo coronar la imagen el 8 de mayo de 1887. El P. Salvaire le erigió la gran Basílica: 1890-1935.
El Papa León XIII hizo coronar la imagen el 8 de mayo de 1887. El P. Salvaire le erigió la gran Basílica: 1890-1935.
En 1930 al cumplirse los trescientos años del “Milagro de
Luján” el episcopado argentino, uruguayo y paraguayo por mandato de Pío XI
proclamó a Nuestra Señora Patrona de las
Repúblicas del Plata.
Tenemos que rescatar los lugares Santos, espacios reales de encuentro con Dios, como son los Santuarios de la Virgen. Para los argentinos la Virgen de Luján Reina y Patrona de la Patria es centro de irradiación espiritual y renovación mariana porque allí podemos encontrar Nuestra Madre que nos brinda todo su Amor, ternura y compasión. Acrecentando nuestra fe podemos encontrarnos con su Hijo Jesucristo.
Tenemos que rescatar los lugares Santos, espacios reales de encuentro con Dios, como son los Santuarios de la Virgen. Para los argentinos la Virgen de Luján Reina y Patrona de la Patria es centro de irradiación espiritual y renovación mariana porque allí podemos encontrar Nuestra Madre que nos brinda todo su Amor, ternura y compasión. Acrecentando nuestra fe podemos encontrarnos con su Hijo Jesucristo.
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