Por mi experiencia de mucha comunicación y acompañamiento al pueblo fiel a mi encomendado en distintos lugares, quiero hacerme eco de lo que nos encomendó su Santidad el Papa Juan Pablo II cuando el 11 de octubre de 1992, trigésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.
Hoy después de 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica
y 50 años del Vaticano II, noto que la
gran mayoría no sabe o no se acuerda el A B C
de la doctrina cristiana que debe regir nuestra vida en la tierra para
ser herederos del cielo.
El Papa pidió a la Santísima Virgen María, Madre del Verbo
encarnado y Madre de la Iglesia, que sostenga con su poderosa intercesión el
trabajo catequético de la Iglesia entera en todos sus niveles, en este tiempo
en que la Iglesia es llamada a un nuevo esfuerzo de evangelización.
Que la luz de la verdadera fe libre a la humanidad de la
ignorancia y de la esclavitud del pecado, para conducirla a la única libertad
digna de este nombre (cf. Jn 8,32): la de la vida en Jesucristo bajo la guía
del Espíritu Santo, aquí y en el Reino de los cielos, en la plenitud de la
bienaventuranza de la visión de Dios cara a cara (cf. 1 Co 13,12; 2 Co 5,6-7)
Deseo también aclarar con ardor y totalmente convencido, que
todo el listado de normas y preceptos no son otra que, a modo de carteles indicadores en el camino de la vida
y de la ruta hacia la vida futura para
encontrar nuestra propia felicidad. Ya que nuestra vida debe ser encaminada
siempre hacia la alegría y la libertad, como decía San Pablo: vivir como
hombres libres bajo la gracia de Dios y no como esclavos bajo la ley.
A.- MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
O DECÁLOGO
Los mandamientos
de la ley de Dios son diez: los tres primeros se refieren a honrar a Dios; los
Otros siete a
nosotros mismos y al prójimo.
1.
Adorar y amar a Dios sobre todas las cosas.
2.
No invocar el santo nombre de Dios en vano.
3.
Santificar los domingos y fiestas de guardar
4.
Honrar padre y madre (y a otros legítimos
superiores)
5.
No matar (ni
causar daño a otro en el cuerpo y en el alma, a sí mismo o al prójimo)
6.
No mentir (guardar castidad en las palabras y en
las obras)
7.
No robar (ni retener o dañar los bienes del
prójimo)
8.
No levantar falso testimonio (ni de cualquier
otro modo faltar a la verdad o difamar al prójimo)
9.
Guardar castidad en los pensamientos y en los
deseos.
10.
No codiciar los bienes ajenos.
De estos diez
mandamientos se reducen a dos, según palabras de Jesús en el Evangelio: Amar a
Dios sobre todas las cosas, y amar al prójimo como a nosotros mismos.
B.- MANDAMIENTOS O PRECEPTOS DE LA SANTA IGLESIA
Los principales
mandamientos de la Santa Iglesia Católica son cinco y hay
que respetarlos y
Cumplirlos:
1.- Participar
en las misas enteras y abstenerse cuando sea posible de los trabajos los
domingos
Y fiestas
de guardar.
2.- Confesar
los pecados por lo menos una vez por año.
3.- Comulgar a
Jesús Eucaristía por lo menos en Pascua de Resurrección.
4.- Hacer ayuno
y abstinencia en los días que lo determina la Iglesia. (Todos los viernes de
Cuaresma
y miércoles de cenizas)
5.- Contribuir
económicamente para la mantención del culto, para el sustento del clero según
las
costumbres de cada diócesis y parroquias.( los bautizados deben aportar el UNO
POR
CIENTO
DE SUS ENTRADAS MENSUALES a la parroquia
donde residen)
C.- VIRTUDES TEOLOGALES
Las virtudes
teologales o teológicas son tres y nunca hay que perderlas:
1.- FE 2.- ESPERANZA 3.- CARIDAD
D.- VIRTUDES CARDINALES
Las Virtudes
cardinales son cuatro, se llaman también virtudes morales, que deben regir
Nuestro
comportamiento en relación con los demás.
1.-
Prudencia 2.- Justicia 3.- Fortaleza 4.- Templanza
E.- PECADOS CAPITALES
Los pecados
capitales son los vicios en que podemos
caer a veces sin darnos cuenta, por eso es
Bueno conocerlos,
distinguirlos para superarlos.
1.- Soberbia 2.- Avaricia 3.- Lujuria 4.- Ira (o enojo) 5.-
Gula 6.- Envidia 7.- Pereza
A simple lectura nos podemos
asustar, podemos preguntar ¿cómo
podemos salir cuando caemos en algunos de estos pecados?
F.- VIRTUDES OPUESTAS A LOS
PECADOS CAPITALES
Estas virtudes
opuestas son propósitos de fortalecer la voluntad cuando caemos en algunos de
los pecados capitales anteriores.
Contra la SOBERBIA --- HUMILDAD Contra la AVARICIA---LIBERTAD
de elegir
Contra la LUJURIA -----CASTIDAD Contra
la IRA ---------PACIENCIA
Contra la GULA -------TEMPLANZA Contra la ENVIDIA---CARIDAD
Contra la PEREZA-------DILIGENCIA
G.- PECADOS CONTRA EL ESPIRITU SANTO
Los pecados contra
el Espíritu son seis, es negar la evidencia.
1.- Desesperación por salvarse.
2.- Presunción de salvarse sin merecerlo
3.- Contradecir la verdad conocida como tal.
4.- Tener envidia de los dones que Dios da a los demás.
5.- Obstinación en el pecado.
6.- No prepararse adecuadamente para el momento de la
muerte.
H.- PECADOS QUE
CLAMAN A CIELO
Los pecados que
claman al cielo son cuatro y hay que tenerlos muy en cuenta.
1.- Homicidio
voluntario
2.- Pecado sensual
contra la naturaleza (Violaciones, parricidios, tratas, sometimientos carnales
a
Niños y
adolescentes, violencia de género)
3.- Opresión a los
pobres, principalmente a huérfanos y viudas (injusticia o
esclavitud con los
Indigentes en
los trabajos)
4.- No pagar el salario a quien trabaja.
I.- OBRAS DE MISERICORDIA
Estas obras de
misericordia tienen su fundamento en el capítulo 25 de San Mateo, siete son
Corporales y
siete espirituales.
Obras de misericordias
corporales:
1,. Dar de comer
q quien tiene hambre.
2.- Dar de beber
a quien tiene sed.
3.- Vestir al
desnudo.
4.- Dar
hospedaje al peregrino.
5.- Asistir a
los enfermos.
6.- Visitar los
presos.
7.- Enterrar a
los muertos.
Obras de misericordia
espirituales:
1.- Dar buenos
consejos.
2.- Enseñar a
los ignorantes.
3.- Corregir
a los que erran.
4.- Consolar
a los tristes.
5.- Perdonar
las injurias.
6.-
Acompañar con paciencia las debilidades y sufrimientos del prójimo.
7.- Rezar a
Dios por vivos y difuntos.
Estas son enseñanzas de siempre de nuestra Iglesia Madre y
Maestra.
Actualizarlas para ponerlas en práctica forma parte de lo
que nos pide el Papa de poder re-evangelizarnos. La Virgen María y el Espíritu
Santo acompañen e iluminen nuestro caminar en la fe.
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