jueves, 17 de abril de 2014

COMO CULMINACIÓN DE LA CUARESMA


      Después de haber vivido estos cuarenta días antes de la Pascua. De haber reflexionado cada domingo con las lecturas motivadoras del evangelio  que comenzó el domingo 9 de marzo, primer domingo de cuaresma; presentaba las tentaciones que enfrentó Jesús como hombre, con la oración y fundamentado en la Palabra de Dios superó esos momentos. Podemos concluir que las tentaciones son buenas porque tenemos la posibilidad de elegir y afrontar lo negativo con lo bueno y bello de las enseñanzas, de los mandamientos y preceptos del Señor.
     Pasamos al segundo domingo que fue el 16 de marzo, donde pudimos reflexionar sobre la Transfiguración del Señor, que mostró a sus amigos mas cercanos que El era hombre verdadero y Dios verdadero.
    El tercer domingo, 23 de marzo nos encontramos con el maravilloso texto donde Jesús se encuentra y dialoga con una mujer además Samaritana, que en ese entonces lo tenían cultural y religiosamente prohibido. Jesús se presenta como Agua viva.
      El 30  de marzo , cuarto domingo cuaresmal  el Evangelio presentaba al ciego que fue curado por Jesús por la fe y el pedido que él mismo le hace. Señor  que vea. Ese tiene que ser nuestro pedido constante al Señor; que veamos claro cómo ser  sus testigos en el mundo que hoy nos toca vivir.
     Por último, el quinto domingo de cuaresma, en la resurrección de Lázaro manifiesta su poder total, que es señal de lo que sucederá con su pascua. El vino y asumió su pasión y muerte para darnos vida nueva. No solo después de nuestra muerte terrenal. Sino que estamos invitados ya desde ahora que tenemos vida, a morir a las actitudes que no nos dejan ser plenamente libres y a vivir según el plan y los designios de Dios para ser feliz.
      Podemos concluir la reflexión de cuaresma con ésta leyenda popular:
“Cuenta la leyenda que un anciano Cacique se encontraba reunido con su pueblo al atardecer, alrededor del fuego  y  conversaban; uno de los nietos le preguntó: abuelo. . por qué estás tan triste? El anciano le contesta: porque dentro mío y de toda la humanidad están luchando dos lobos. En uno está la soberbia, el rencor, la violencia, la envidia, la mentira, el odio, la intolerancia, la vanidad, el prejuicio y los celos.
      Y en el otro está: EL PERDÓN, EL AMOR, LA HUMILDAD, LA CARIDAD, LA DULZURA, LA BONDAD, LA TOLERANCIA, LA SINCERIDAD, LA MISERICORDIA, LA PACIENCIA, LA ARMONÍA Y LA PAZ.
      El niño le preguntó:  abuelo quien  es el que triunfará? El anciano le responde: aquel  que tú alimentes, ese triunfará, en tu corazón y en toda la humanidad.

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