domingo, 29 de abril de 2012

La Familia


Tranquera abierta:     “La familia”
…Otro aspecto cultural del campo son los colonos europeos, comúnmente llamados “gringos”, digo cultura como forma de vida; italianos, portugueses, alemanes, japoneses. Cada uno en distintos lugares del país, hicieron grande y rico nuestro suelo patrio, asumiendo la argentinidad como enriquecimiento de su forma propia de ser.
Cuando se abre la tranquera de la entrada principal  al establecimiento uno que mira más allá de lo que ve, se da cuenta del valor tranquilo del tiempo, de la gratuidad, de lo simple y natural de la vida.
En el campo te abren la puerta de casa como la del corazón. En ese mundo de S.R.L. (Sociedad de Responsabilidad Limitada) cada miembro de la familia lleva adelante las tareas asignadas. La mamá esposa, la patrona, desde la huerta a la cocina, de allí al lavadero, matizando la mañana con dar de comer a los lechones en el chiquero, apartar terneros para hacer pasar las vacas lecheras holandesas al tambo y extraer la leche; preparar luego la cuajada para la confección de los ricos quesos caseros saborizados, mientras se da una vuelta por el gallinero va juntando huevos en la canasta.
El papá, esposo, cariñosamente “El gringo”, con el tractor en marcha va acondicionando las rejas del arado preparando el terreno para la siembra de, soja, algodón, girasol, lino, maíz, trigo y melilotos, para engordar el ganado.
Los jóvenes hijos colaboran ensillando el caballo para trasladar las vacas lecheras a otro piquete, y dejarlas pastar una vez terminada la labor del tambo o cuando hay que trasladarse al pueblo por algún trámite en el banco o pasar por el súper mercado y abastecer la despensa familiar. Participan también activamente en la comisión de la juventud agraria, perteneciente a la cooperativa agropecuaria (organismo que nuclea a los productores del campo). Cabe destacar que esta institución destina un porcentaje importante de su presupuesto para la formación de la juventud, en estrecha colaboración con la municipalidad, se reúnen en subcomisiones y coordinan distintas instancias formativas (culturales, deportivas, capacitación de actividades  rurales, etc.) También preparan material informativo que transmitirán por los medios de comunicación social de la región.
Cabe destacar la inclusión de la familia en las tares comunitarias de la colonia, sea en la escuela, en la capilla o en el club social. La patrona colaboradora activa en la capilla, cuando hay que limpiar y o vender números de rifas o trabajar de moza en los eventos. “El gringo” colaborador del club, donde los fines de semana se reúne con los vecinos para realizar una partida de truco  o de bochas y hacer de asador en las jornadas de beneficios.
Importante es el intercambio incondicional de algún pariente, vecino o amigo en la tarea de “carneada”. Es tradición en el campo cuando llega el invierno faenar un mamón, ternero gordo y un chancho de cinto cincuenta o doscientos kilogramos, realizando luego chorizos y chacinados para la venta y consumo casero. Una vez terminada la tarea se los acomoda cuidadosamente colgándolos en las cañas  distribuidas debajo del cielo raso de la despensa, donde se secan naturalmente y después de diez días aproximadamente, si el tiempo seco acompaña ya estarán listos para cortar y saborear una picadita de chorizos secos.
¡Qué hermoso es un domingo a la tarde después de la lluvia del sábado! , ver a la abuela con los nietos, boguero, caña de pescar y mate en mano se acercan al arroyo del fondo de la chacra, que creció en caudal por los ciento veinticinco milímetros de lluvia caída, allí se dedican a pescar, bagres, moncholos, tarariras, dientudos, mojarritas, palometas; nada se tira, todo va a la sartén.
Al final del día todos regresan felices después de unas horas de esparcimiento, los niños con sus papis a la ciudad, listos y descansados para iniciar la rutina de la semana; los del campo cambiados a fiesta se acercan religiosamente a la parroquia para participar en la misa del domingo.
Esto es un testimonio de que no todo no está perdido. Frente a las estadísticas que muestran separaciones matrimoniales, familias disgregadas, desunión, envidia y desinterés por el vecino.
Las vivencias de esta familia,  es bueno ponerlas de manifiesto para que  en nuestro país, sea en el campo o en la ciudad, no se apague la llamita del amor en el matrimonio, la unión familiar, la colaboración mutua, desinteresada e incondicional en las necesidades de los demás.
                                                                                                                                                            

Infancia en el campo


Tranquera abierta: Cuando vuelvo al campo

Cuando regreso al campo donde crecí, allá en Moussy, provincia de Santa Fe. Siento y veo que no es como entonces. Hay pocas familias que se aquerenciaron en el paraje. Muchos pasaron   como peón golondrina; Yo mismo tuve esa experiencia desde los diez años, cosechas y carpidas de algodón, cosecha de maíz  con la maletera de lona; los días de intensas lluvias cuando la máquina trilladora no podía entrar.
Recuerdo con emoción el primer cobro en la casa del patrón y luego en mi casa, las lágrimas de mamá cuando se lo entregué para engrosar la poca economía familiar.
Hoy da la impresión de que los inviernos eran más crudos, pues las heladas perduraban con escarchas hasta pasada media mañana y los veranos con viento norte, hacían marchitar  hasta los más robustos arbustos y hacían arder las espaldas mientras se recogía agachado el blanco algodón, en tiempo de cosecha.
Esta libertad que te da el campo, no sin sacrificios va unida al compromiso de formación en la escuela y más tarde en la formación espiritual en la capilla María Auxiliadora.
Tristes y tranquilas eran las tardes de lluvia, pues con los caminos de tierra era difícil y prohibido transitar con barro. Bajo la galería de la casa mientras mateábamos con torta frita, mamá comentaba “¡Pucha, que aburrida estoy!” a lo que papá respondía “¡No sea burra señora!”. Como éstas, las respuestas del “viejo” eran ligeras, como gordo en bajada.
Recuerdo con nostalgia la inocencia de mi adolescencia, los domingos por la tarde con los chicos y las chicas preferidas, salíamos a caminar charlando y riendo sanamente y sin maldad por las cabeceras de las chacras. Con el tiempo nuestras amigas preferidas se fueron casando con jóvenes de la ciudad o de otros pueblos que las pasaban a buscar en auto o en camión.
Lo que me dejó grabado en la mente y en el corazón el campo es un amor especial a la tierra, a la naturaleza. El sentido del honor que mucho hoy se perdió en nuestra sociedad.
El valor de la palabra, era sagrada, lo que se decía se cumplía; no hacían falta los papeles; Además de la profunda devoción popular en las fiestas patronales, las kermeses; los bailes con grabaciones.
La dignidad del trabajo, de la persona, de la familia, de la Patria. Nuestra Argentinidad que debemos recuperar.
El respeto en mantener el compromiso de la palabra dada, reconocer y tolerar al otro por lo que es y no por lo que tiene. Mantener lo que es justo, y lo que es justo es digno.
Lo digno es un equilibrio por eso la justicia se simboliza con una balanza.
Creo que todo esto naturalmente nos lleva a la verdad y a la belleza de un pueblo fuerte y libre. El amor a la tierra, el olor a campo, los paisajes de montes, el sonido de las hojas en los árboles, chacras cultivadas, unido a ese profundo sentimiento criollo-gauchesco de brindarse sin intereses hará sentar en la mesa de la democracia a todos los que tienen esta práctica y no claudican por nada del mundo aunque hoy vivamos  en la ciudad.
                                                                                                                               

miércoles, 18 de abril de 2012

San la Muerte. Religiosidad popular


                En este tiempo litúrgico pascual, que nos propone la Iglesia que es Madre, y Maestra espiritual, donde Jesús con su resurrección tiene mucho más poder que la muerte, me parece oportuno poder iluminar sobre una devoción popular equivocada y anticristiana , y que Dios Padre Todopoderoso de ningún modo podría conceder pedidos que estén en contra de su voluntad .
¿Por qué equivocada?
Porque la muerte no es un santo que se pueda canonizar y no puede interceder ante Dios. La muerte es la interrupción de la vida biológica y lo que continúa y posee vida y Vida Eterna es “el Alma”. Nosotros, tampoco podríamos tener los católicos,  una devoción a san la vida, porque la vida misma y todo lo creado nos viene de Dios Padre.
Santos son aquellas personas que en su vida terrenal hicieron grandes cada cosa pequeña, que vivieron cumpliendo la voluntad de Dios, que es siempre el sumo bien y nos dio el mandato del Amor cuando dijo “AMENSE UNOS A OTROS COMO YO LOS HE AMADO”
La muerte no es un ser que pueda invocarse, no existe como intercesora ante Dios, porque Dios es plenitud de vida.
Para realizar esta exposición a modo de discernimiento de una realidad que nos circunda, tengo en cuenta una conferencia de Padre Julián Zini, vicario pastoral de la diócesis de Goya, Corrientes, mercedeño él, en julio de 2006 en un seminario de catequesis en la diócesis de Quilmes. Bs. As. Al principio  de la evangelización del norte de nuestro país años 1630-1640 los misioneros, Padre Antonio Zet entre otros presentaban la historia de la salvación  a los aborígenes guaraníes  en tres actos a modo de teatro.
Primer acto: el escenario lleno de actores mostraba como Dios Padre después de la creación del universo, creo al hombre para que sea libre y feliz.
Segundo acto: todos los actores tirados en el piso del escenario, muestran como aparece la hermana muerte y de ella nadie se salva, ni Jesús que era hijo de Dios.
Tercer acto: todos en el piso cuando se abre el telón  y como obra milagrosa, Jesús resucita y de la mano uno por uno va dando vida a los actores que representan a la humanidad.
Para las distintas culturas al hombre o mujer que tiene poder se le llama “Señor” por lo tanto en esta primera etapa de la evangelización, el Señor es Jesús resucitado vencedor de la muerte. Con el tiempo y en otras reducciones indígenas, quisieron hacer lo mismo, pero presentaban en escena las dos primeras partes y omitieron el mensaje central del tercer acto  que es la resurrección del Señor Jesús.
El común de la gente quedó con que la muerte es más poderosa porque todos pasan por ella, nadie se salva y sin explicación ni excepción
Los artistas sacros extractaron su imagen para una estampa, una calavera con un manto negro y una guadaña en su mano esquelética y el inconsciente colectivo fue creado y transmitiendo de boca en boca una oración de intercesión que roza el temor.
 Transcribo literalmente dicha errónea oración:

                                          “Oración al señor san la muerte 


Señor la Muerte, espíritu esquelético poderosísimo y fuerte por demás como un Sansón en tu Majestad, indispensable en el momento del peligro yo te invoco seguro de tu bondad.
Ruega a Dios Todopoderoso de concederme todo lo que te pido, que se arrepienta por toda su vida al que daño o mal de ojo me hizo y que se vuelva contra el enseguida. Para aquel que en amor me engaña pido que lo hagas volver a mí, y,  si desoye tu voz extraña Buen Espíritu de la Muerte hazle sentir el poder de tu guadaña, en el juego y en los negocios mi abogado te nombro como el mejor, y, todo aquel que contra mí se viene, hazlo perder. ¡Oh, Señor la Muerte, mi Ángel protector! Amén.”



El objetivo de este artículo es
 
    1- Para no tener miedo a los que alientan a esta devoción equivocada e incompleta.
    2- Valorar las devociones bien fundamentadas en el magisterio y en la tradición de nuestra amada Iglesia y en la recta conciencia religiosa, ya que el ser cristiano nos lleva  a querer el bien del prójimo. Y por último qué debemos hacer como discípulos y misioneros según el documento de los obispos en Aparecida, Brasil. Retomar para esta materia sobre religiosidad popular los que nos decían nuestros pastores ya en Puebla, México. 1978: 
 A-Estar con ellos (gente con devoción equivocada e incompleta) con Afecto y Amor.
 B- Preguntar ¿de dónde viene esa devoción?, ¿qué saben ellos de lo que profesan?
 C- Y por último completarles lo que les falta, en una palabra evangelizarlos.

 La tarea evangelizadora no se termina nunca. Es más, tenemos que prestar atención y ponernos al día con los documentos del Vaticano II que se cumplen 50 años de su promulgación y fue un momento histórico importante para la reforma de la vida de los cristianos católicos del mundo y aún hoy en muchos lugares no se conocen.
 
“María estrella de la evangelización ruega por nosotros”