Tranquera abierta: “La familia”
…Otro aspecto cultural del campo
son los colonos europeos, comúnmente llamados “gringos”, digo cultura como
forma de vida; italianos, portugueses, alemanes, japoneses. Cada uno en
distintos lugares del país, hicieron grande y rico nuestro suelo patrio,
asumiendo la argentinidad como enriquecimiento de su forma propia de ser.
Cuando se abre la tranquera de la
entrada principal al establecimiento uno
que mira más allá de lo que ve, se da cuenta del valor tranquilo del tiempo, de
la gratuidad, de lo simple y natural de la vida.
En el campo te abren la puerta de
casa como la del corazón. En ese mundo de S.R.L. (Sociedad de Responsabilidad
Limitada) cada miembro de la familia lleva adelante las tareas asignadas. La
mamá esposa, la patrona, desde la huerta a la cocina, de allí al lavadero,
matizando la mañana con dar de comer a los lechones en el chiquero, apartar
terneros para hacer pasar las vacas lecheras holandesas al tambo y extraer la
leche; preparar luego la cuajada para la confección de los ricos quesos caseros
saborizados, mientras se da una vuelta por el gallinero va juntando huevos en
la canasta.
El papá, esposo, cariñosamente
“El gringo”, con el tractor en marcha va acondicionando las rejas del arado
preparando el terreno para la siembra de, soja, algodón, girasol, lino, maíz,
trigo y melilotos, para engordar el ganado.
Los jóvenes hijos colaboran
ensillando el caballo para trasladar las vacas lecheras a otro piquete, y
dejarlas pastar una vez terminada la labor del tambo o cuando hay que
trasladarse al pueblo por algún trámite en el banco o pasar por el súper
mercado y abastecer la despensa familiar. Participan también activamente en la
comisión de la juventud agraria, perteneciente a la cooperativa agropecuaria (organismo
que nuclea a los productores del campo). Cabe destacar que esta institución
destina un porcentaje importante de su presupuesto para la formación de la
juventud, en estrecha colaboración con la municipalidad, se reúnen en
subcomisiones y coordinan distintas instancias formativas (culturales,
deportivas, capacitación de actividades
rurales, etc.) También preparan material informativo que transmitirán
por los medios de comunicación social de la región.
Cabe destacar la inclusión de la
familia en las tares comunitarias de la colonia, sea en la escuela, en la
capilla o en el club social. La patrona colaboradora activa en la capilla,
cuando hay que limpiar y o vender números de rifas o trabajar de moza en los
eventos. “El gringo” colaborador del club, donde los fines de semana se reúne
con los vecinos para realizar una partida de truco o de bochas y hacer de asador en las jornadas
de beneficios.
Importante es el intercambio
incondicional de algún pariente, vecino o amigo en la tarea de “carneada”. Es
tradición en el campo cuando llega el invierno faenar un mamón, ternero gordo y
un chancho de cinto cincuenta o doscientos kilogramos, realizando luego chorizos
y chacinados para la venta y consumo casero. Una vez terminada la tarea se los
acomoda cuidadosamente colgándolos en las cañas
distribuidas debajo del cielo raso de la despensa, donde se secan
naturalmente y después de diez días aproximadamente, si el tiempo seco acompaña
ya estarán listos para cortar y saborear una picadita de chorizos secos.
¡Qué hermoso es un domingo a la
tarde después de la lluvia del sábado! , ver a la abuela con los nietos,
boguero, caña de pescar y mate en mano se acercan al arroyo del fondo de la chacra,
que creció en caudal por los ciento veinticinco milímetros de lluvia caída,
allí se dedican a pescar, bagres, moncholos, tarariras, dientudos, mojarritas,
palometas; nada se tira, todo va a la sartén.
Al final del día todos regresan
felices después de unas horas de esparcimiento, los niños con sus papis a la
ciudad, listos y descansados para iniciar la rutina de la semana; los del campo
cambiados a fiesta se acercan religiosamente a la parroquia para participar en
la misa del domingo.
Esto es un testimonio de que no todo
no está perdido. Frente a las estadísticas que muestran separaciones
matrimoniales, familias disgregadas, desunión, envidia y desinterés por el
vecino.
Las vivencias de esta
familia, es bueno ponerlas de manifiesto
para que en nuestro país, sea en el
campo o en la ciudad, no se apague la llamita del amor en el matrimonio, la
unión familiar, la colaboración mutua, desinteresada e incondicional en las
necesidades de los demás.
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