lunes, 17 de diciembre de 2012

CUIDAR Y SER CUIDADOS



Una realidad de la que nunca se habla y todos en algún momento pasamos por esto, sea personalmente, o cuando nos toca de cerca con un familiar o algún amigo, estamos hablando de LA ENFERMEDAD. Por eso el título, de este texto  ¿Qué actitudes tenemos que tener ante una vivencia de este tipo?
                Dios mismo es quien nos cuida. El profeta Ezequiel en cap.34,4 “No han reanimado a la oveja agotada, no se han preocupado de la que estaba enferma, ni curado a la que estaba herida, ni han traído de vuelta a la que estaba extraviada ni buscado a la que estaba perdida. Y a las que eran fuertes, las han conducido en base al terror.”  Ez 34, 10-11 “Yavé habló: Me dirijo directamente a los pastores para quitarles mi rebaño. Ya no serán más los pastores, porque sólo se preocupan de sí mismos… por eso ¡aquí estoy, soy yo! Vengo en busca de las ovejas, yo me ocuparé de ellas… Ez 34, 16 “Buscaré a la que esté perdida, volverá a traer a la que está extraviada, curaré a la que esté herida, reanimaré a la que esté enferma, velaré por la que esté sana; las cuidaré con justicia”
ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA RELACIÓN DE CUIDADO CUALQUIERA SEA LA ENFERMEDAD
1-LA PRESENCIA:  De la persona con su cuerpo, su rostro, su mirada. Estos pueden ser médico, pastor sacerdote, amigo o parientes.
Uno se puede hacer presente a través de la voz en el teléfono, con el sentimiento a través de una carta, en espíritu a través de la oración. Nada puede sustituir la presencia física. Mt 25 “Estuve enfermo y me fueron a ver”.
                2- EL TIEMPO: Es distinto de una persona sana que de el enfermo. Para el que tiene salud se llena de acciones, trabajos, proyectos, no le alcanza el tiempo. Para el enfermo el tiempo es largo, sobre todo para quien está en cama de reposo, por eso es importante acompañar al enfermo siempre.
                3-LA PALABRA:  La simple presencia, aunque sea silenciosa es de por si una palabra, elocuente, así como el tiempo dedicado a un enfermo.
No siempre es necesario hablar, no debe haber apuro frente al enfermo, es bueno estar con la persona, sentirse vecino, cercano, y como dice el libro del Eclesiastés  3, 7 “Hay un tiempo de callar y un tiempo para hablar”
Nada de hablar frente al enfermo, n o hablar de la enfermedad, de programas o actividades. Tiene preferencia la palabra del enfermo. Que todo sea para animarlo.
4- EL GESTO: Un gesto de amor es más que muchas palabras. Una bendición, un apretón de manos, una caricia, un beso. Mt 13 10,16 “…No quieren ver con sus ojos, ni oír con sus oídos y comprender con su corazón… pero con eso habría conversión y yo los sanaría”.
Para una educación de pastoral clínica nos podemos guiar con el documento  Optatam Totius ( sobre la formación del ministro también para atender la dura realidad de los enfermos) del Vaticano II y Pastores Dabo Vobis números  72-76-77.
En Jesús y sus actitudes podemos encontrar también un modelo de formación pastoral. Elige y acompaña un pequeño grupo de personas, los lleva a un conocimiento gradual de la verdad y los prepara para que irradien al mundo sus enseñanzas: “Mira con profundidad – siente compasión – los toca – etc.”
En estas fechas de navidad y año nuevo en que el recuerdo y la melancolía de familiares y amigos nos invade; sería bueno que pongamos en práctica el testimonio de LAS PRESENCIAS para acompañar a quien está enfermo, acercarse con un gesto solidario a quien está solo, algún anciano muchas veces olvidado. Si nos animamos será una buena Noche Buena, y una feliz Navidad; como así un Feliz Año Nuevo.
El Emmanuel, el Dios con nosotros, nos bendiga y proteja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario